Día 8: 27/6/2008 Florencia
Empezamos el día tempranito, para intentar no pasar mucho calor. Hoy sí vamos a pagar el bus, compramos
un ticket de 4 viajes. Cogemos esta vez la línea 13, que nos deja cerca del puente Vecchio. Mejor vista, sin
duda. El plan para hoy es ver lo que ayer no vimos e intentar entrar al Duomo. Sin problemas, entramos sin
colas y sin demasiados turistas alrededor. El interior del Duomo no es tan impresionante como el exterior. La
verdad es que sí que es una nave enorme, pero han quitado los bancos y da una sensación extraña. Ese
sentimiento que produce entrar en otras catedrales, donde procuras pisar despacito para no hacer ruido, aquí
no lo tienes. ¡Ah, se me olvidaba! En este caso los andamios están en la parte trasera del Duomo.
En este viaje no hemos entrado en ningún museo, en ninguna iglesia “de pago”, ni mucho menos en torres
altísimas en las que después de dejarte 6€ por barba, sudas 400 ó 500 escalones, ves una vista -seguro que
magnífica-, haces cuatro fotos y lo único que deseas es bajar. Así que no, no hemos subido ni a la cúpula del
Duomo ni al Campanile. Nos quedamos con las ganas para otras visitas futuras. El planning es muy estricto y
no tenemos tiempo.
Comemos en un restaurante que nos recomendaron nuestros vecinos catalanes de camping (gente muy
simpática, por cierto). El restaurante es La Pentola Dell’Oro, via di Mezzo 24, cerca de Santa Croce. Muy bien
de precio (52€ para 4 comidas), un lugar curioso y el servicio muy agradable. Se equivocaron con la cuenta y
me querían cobrar 18€ …de menos!! Lo digo para documentar que los milagros existen (al menos en
Florencia). Y eso que Florencia es una ciudad más mercantil y artística que religiosa.
Nos queda un poco más de callejeo, por el camino nos compramos unos helados riquísimos y tomamos de
nuevo el autobús para volver al camping. Que sí, que esta vez pagamos. Parada en la plaza de Michelangelo
para ver las vistas. Imprescindible. Al atardecer el contraluz estropea las fotos pero la sensación real es
fantástica. Además, como la vista es a posteriori de las caminatas, es un resumen perfecto de la visita a la
ciudad.
Vista de Florencia desde la plaza de Michelangelo
Desde aquí se llega a pie al camping en 5 minutos. En el camping conocimos a una genial pareja canadiense
que está haciendo una travesía de dos o tres meses por Europa en un trike (Honda Goldwing 1800 modificada)
que arrastra un carro-tienda. ¿Envidia? Pues entonces visita su blog, a ver cómo se te queda el cuerpo:
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La pareja canadiense con su trike y su carro-tienda