son, simplemente, extraordinarios. Ya habíamos
comido en ese lugar dieciocho años atrás, así que
habíamos reservado mesa confiando en que
mantuvieran la calidad de siempre. Acertamos.
uestra siguiente parada fue Altea. Paramos las autos
en el aparcamiento del auditorio, un centro cultural de
reciente construcción en la parte alta de la ciudad, muy
cerca del casco histórico. Aunque no era un sitio tan
tranquilo y agradable como el área dela noche
anterior, nos permitió callejear por la vieja Altea.
Calles de Altea
Altea tiene un encanto especial, con sus calles estrechas
que se entrecruzan con calles escalonadas. Casas
encaladas y las cúpulas de tejas esmaltadas de la
iglesia, proporcionan muchas ocasiones para disparar