

en el sistema de pago de las autopistas noruegas y
suecas, el cargo nos vendrá al banco.
Conseguimos ver los remolinos que hace el mar cuando
sube la marea y se adentra en el fiordo y cuando baja la
marea como el fiordo desemboca en el mar. También vimos
a un pájaro bucear, se metía a más de un metro de profun-
didad aleteando, dejaba de verse y luego resurgía. Aguan-
taba mucho tiempo debajo del agua. Mereció la pena el
haber pospuesto la comida para llegar a verlo.
Fuimos a dormir a una gasolinera (pasamos por otro peaje)
camino de Mo i Rana. Resultó ser la entrada a un Parque
Nacional. Hay un museo y cantidad de caminos señalizados.
Me adentré por uno que me llevó al río y este se cruzaba
a través de una pasarela muy chula que se balanceaba.
Remolinos de agua de Saltstraumen
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