

cúbicos incrustada en-
tre dos paredes, sin
ningún tipo de mate-
rial que la fije y sus-
pendida en el abismo a
casi 1000 m. de altura.
El camino está señali-
zado y va mucha gente.
El ascenso es especta-
cular, la primera parte
es puro alpinismo, sal-
vando fuertes desnive-
les y ayudándote con
cadenas. Es como una
montaña rusa con tres
subidas fuertes y dos
bajadas y el último kilómetro es un continuo ascenso hasta
que se llega a la piedra. La gente forma cola para hacerse
la impactante foto. Cada uno hace sus poses y todos mi-
rando hasta que te toca el turno. Hay quien pasa con toda
naturalidad pero a mí me tembló el cuerpo entero y hasta
un poco sensación de vértigo.
Kjeragbolten
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