

Río Ljubljanica a su paso por Liubliana.
De vuelta al parking, nos sentamos en una terraza a tomar algo. Mi hijo va al baño
a hacer
popó
, y al acabar me llama algo alarmado para que vaya a ver la caca. La
petición me sorprende, pero está claro que pasa algo. Miro la caca atentamente y
efectivamente, a simple vista se ven una multitud de diminutos gusanillos blancos
moviéndose a lo largo y ancho de la caca.
A pesar de que no parece nada urgente, cuando llegamos a Bled vamos a un centro
médico. Me piden la documentación de mi hijo (DNI y Tarjeta Sanitaria Europea),
nos toman la temperatura y me informan que la visita me va a costar 40 €. Además
de nosotros, hay unas 5 o 6 personas más. Cuando llevamos allí casi una hora
esperando, nos comunican que el médico está atendiendo una urgencia y no se sabe
cuando volverá. No ha quedado ni el apuntador.
En casos como este es cuando debemos echar mano al seguro de viaje. Realizo una
llamada telefónica y les explico lo sucedido. Muy amablemente me dicen que
mañana, cuando estemos en Liubliana, me llamarán para darme la dirección del
centro médico al que acudir, allí mismo en la capital.