

durante un año, aunque si vamos a estar en Suiza una semana la debemos comprar
igual. Siempre que vayamos a circular por sus autopistas, claro.
Durante los días que estuvimos en Lausanne, nos desplazamos por la ciudad en
transporte público. El bus y el metro son muy eficientes. Al día siguiente de llegar
al camping, por la mañana nos acercamos al centro de la ciudad. Cogimos el
autobús a pocos metros de la entrada del camping, que nos dejó justo delante de la
estación de metro que nos llevó al centro. En el camping nos dieron toda la
información necesaria (más abajo hablaremos del camping).
Era domingo, y nos sorprendió ver las calles de Lausanne tan desiertas. No
encontramos ni un triste bar donde tomar un café con leche hasta prácticamente el
mediodía. Parecía una ciudad fantasma. Bonita, pero fantasma. Paseamos por la
ciudad a nuestro aire, sin agobios, y pudimos hacer todas las fotos que quisimos
prácticamente solos. Por no haber, casi no había ni tráfico.
A lo largo de nuestra estancia, pudimos comprobar que en un día laboral la ciudad
se transforma, y vuelve al ajetreo habitual. Así que para visitar la ciudad
tranquilamente, lo mejor es hacerlo un domingo (o un día festivo) por la mañana.
Aunque es verdad que una ciudad no es tan ciudad un domingo por la mañana...