Estas áreas están excelentemente situadas cerca de los lugares de visita. En
todas ellas se consiente sacar los elementos de acampada clásicos. No solo cuñas y
estabilizadores sino, además los toldos, las mesas y las sillas. Parece ser que los
usuarios de la zona aceptan de buen grado esta situación quejándose únicamente del
precio de las estancias.
El concepto de un área, para el usuario local, se ha convertido en una especie
de camping limitado y la oferta se hace descaradamente en este sentido. Es de
destacar la aparición de una oferta de áreas privadas como la de S.M.de la Mer que, a
la vez que cubre una demanda, se convierte, al parecer, en una forma de negocio
próspero.
Esta zona, como muchas otras en Francia, a pesar de las limitaciones, garantiza
el estacionamiento y lugares donde vaciar los depósitos y proveerse de agua lo que
ofrece al usuario unas posibilidades de movimiento prácticamente ilimitadas sin
necesidad de pisar un camping. Al mismo tiempo una serie de comodidades como,
corriente eléctrica, duchas y WC, lavanderías y otros servicios próximos añaden
confort al turismo en libertad.
En algunas grandes superficies disponen de botellas de gas propano de Repsol
aptas para nuestras AC. De los doce días que ha durado el viaje, hemos pernoctado
cuatro en áreas gratuitas, una de ellas en una granja de France Pasión, el resto nos han
costado 63€ incluidos tres días de corriente eléctrica.
Habíamos anotado otras áreas como recurso en caso de necesidad como Le
Cap-d’Agde, Marseillan, Balaruc les-Bains, Carnonn-Plage y La Grande-Motte. Hay
que resaltar que a lo largo de la playa de Marseillan encontramos varias decenas de
AC haciendo camping salvaje, sin embargo algunas notas de la guía de “Camping
Car Infos”, advierten que está prohibido y que a los guardias de la zona les encanta
poner papeletas de denuncia en el parabrisas por la noche.
El comportamiento de la nueva autocaravana ha sido excelente. El confort
acústico y térmico nos satisface plenamente. La terminación y la calidad del
equipamiento justifica con creces la diferencia de precio con la antigua Moncayo y el
rendimiento con el motor Fiat Power con 147 CV para el peso que desplaza, teniendo
en cuenta que a pesar del garaje mide menos de seis metros, es satisfactorio con un
consumo que se sitúa en los dos mil primeros kilómetros en el umbral de los diez
litros a los cien kilómetros.