Aquitaine y Midi-Pyrénées 2013
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El pórtico de la iglesia abacial, fundada en el siglo VII, está decorado con un monumental tímpano
que representa el Juicio Final, una de las obras maestras de la escultura románica. La abadía se
distingue también por
su claustro. Consagrado en el año 1100, es único en el mundo
por su
estado de conservación y perfección estilística. Disfrutar de su belleza y serenidad, y de sus
galerías decoradas con 76 capiteles esculpidos, es una verdadera delicia para la vista y el
espíritu.
Tómese el tiempo necesario para degustar
un racimo de uvas de denominación de origen
controlado Chasselas.
Esta uva blanca, de una finura exquisita, forma parte de la historia de
Moissac desde comienzos del siglo XVIII. Fue la primera fruta fresca francesa que obtuvo, en
1971, la Denominación de Origen Controlado (DOC). Sus uvas translúcidas están llenas de
abundante zumo con un frescor delicioso. Cada uno de sus racimos se recoge y se corta a mano
con una técnica transmitida de generación en generación, que los cosecheros le enseñarán con
mucho gusto.
Tras una visita a la abadía de Moissac, declarada Patrimonio Mundial por la Unesco, no deje de
visitar los demás barrios de la ciudad: casas del siglo XVIII, arquitectura Art Déco, puente-canal.
Solicite su Pass’Tour en la Oficina de Turismo. Gracias a esta guía digital, Moissac ya no tendrá
secretos para usted. El Pass’Tour le llevará también hasta los cosecheros de uva denominación
de origen controlado Chasselas.
Prolongue su estancia recorriendo el país de Moissac. Entre las etapas imprescindibles: la villa
fortificada de Lauzerte, el pueblo de Auvillar, la abadía de Belleperche... Circuitos temáticos
(paseos gastronómicos, circuito de los palomares…) también le esperan en la Oficina de Turismo
de Moissac.
Para disfrutar de la tranquilidad del Canal des Deux Mers, siga desde Moissac la Véloroute en
dirección a Toulouse o a Burdeos.
Abadía Saint Pierre de Moissac
En Moissac, la abadía Saint Pierre libera un perfume de eternidad:
esculturas, estatuas, arquitectura, manuscritos y manuscritos
iluminados. Moissac le propone descubrir el trabajo de los monjes y
el espíritu de la época. Esplendores del arte romano.
En el encuentro del río Tarn y de los primeros cerros del Quercy, la
leyenda atribuye a Clovis la fundación del monasterio de Moissac.
De este pasado lejano no nos queda más que la leyenda y tristes relatos de destrucción.