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noche.
Cenamos, jugamos un rato y a descansar bajo la lluvia.
Domingo, 7/08/11
La noche ha sido una tortura. No ha parado de llover, y eso no sería un problema de no ser por
nuestro pequeño problemilla de la claraboya, que aunque estaba bastante bien preparado el
apaño, empezaba a ser preocupante su posible hundimiento encima de nuestras cabezas…
Dormimos con un ojo abierto y otro cerrado, y por la mañana nos levantamos, con ganas de
que pare de llover e irnos a algún sitio. Es nuestro último día en este campo base, y queremos
despedirnos de la región.
Como parece que amaina, decidimos salir a hacer una ruta andando por la montaña, y
siguiendo las indicaciones de los amables dueños del camping, buscamos una ruta que sube
por la montaña que se ve desde el camping.
Conseguimos encontrarla por un camino un tanto complicado y estrecho para el coche. Y con
las botas de montaña en los pies, y el chubasquero puesto, dejamos el coche y nos ponemos
en marcha, rumbo a la cumbre.
Encontramos la senda que nos lleva de camino al pico, e iniciamos el “ascenso”, pero poco
antes de llegar a la “cumbre”, empieza a lloviznar, y decidimos no acabar la ruta, porque no
nos fiamos del cambio de tiempo, ya que las nubes que se ven por delante no son muy
alentadoras.
A pequeños despuntes de sol, aprovechamos para ver los preciosos paisajes del valle de
Festiniog que se ven desde allí arriba, y sus paredes de minas, ya que es una zona minera.
En total hemos andado un par de horas o poco más, pero ha valido la pena.
Volvemos a comer al camping, y empieza el festival de la lluvia otra vez..