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enorme y precioso castillo, muy bien conservado, por cierto, con una muralla que rodea todo
el núcleo del pueblo.
Así que decidimos visitarlo por dentro, y nos sorprende la belleza de su construcción, así como
sus espectaculares vistas, tanto hacia la costa, como hacia la montaña.
Gran descubrimiento. Paseamos por el pueblo, y volvemos al camping a comer, aunque algo
tarde, pero no fuera de nuestra costumbre cotidiana en casa.
Después de comer, aprovechamos para descansar y disfrutar del camping, y de su tranquilidad.
Sábado, 6/08/11
Nos levantamos serenamente, aunque con una intensa lluvia, que nos hace preocuparnos del
“apaño” de la claraboya, pero después de una revisión, todo controlado, por ahora.
Aunque esta vez el día no acompaña, eso no nos hace perder las ganas de hacer cosas.
Hoy era el día que teníamos previsto ir a la isla de Anglesey, y como sabemos que el tiempo es
muy cambiante aquí, decidimos seguir adelante con nuestro plan.
Preparamos un picnic, y compramos una de las mil variedades de suculento pan que hacen en
estas tierras, para ir a visitar la isla de Anglesey, que dicen que tiene rincones muy bonitos.
Esta isla está unida a Gales por dos puente, uno que cruza la autopista y otro la carretera.
Así que hemos planeado hacer una ruta bordeando toda la costa de la isla.
Las primera horas de la ruta las hacemos con muchas nubes, y alguna que otra gota, aunque
muy leves, y visitamos Beaumaris, que tiene un castillo, que visitamos por fuera, y es un
pueblo pequeño y tranquilo situado en una bonita bahía, con las acostumbradas vistas de la
marea baja, desde que hemos venido, pero lo hace muy bonito.
Pero enseguida el tiempo cambia, y aunque la temperatura es fresca, unos 13-14 º, empieza a
asomar el sol, cosa que alegra mucho el día.
Después de ver bonitas costas y zonas rurales, y pasar por Hollyhead, que parece ser la ciudad
más grande de los alrededores, y
donde termina la autopista, y salen los
ferries hacia Dubín, llegamos al famoso
faro de South Stack, que al principio
nos cuesta encontrar, pero enseguida,
un lugareño que nos escucha
preguntar, nos acompaña con su coche
hasta él muy gentilmente. Merece la
pena destacarlo, ya que desde que
llegamos a Gales, en general, la gente
ha sido muy amable con nosotros.