la altura y al viento
hacía frío por lo que
para
comer
los
bocadillos tuvimos que
buscar
un
sitio
resguardado.
Una
vez
acabados los bocadillos
dimos un paseo junto al
lago, sacando unas
fotos intentando captar la belleza del lugar.
Para las tres y media ya estábamos de nuevo en el aparcamiento. Para
aprovechar la tarde nos dirigimos hacia el puerto fronterizo del Portalet. La parte final
del puerto tiene unos paisajes preciosos y las orillas del río son estupendas para dar un
paseo o hacer un picnic (el agua está fresquita pero si alguien se anima se puede
remojar). La frontera franco-española de Portalet está llena de ventas en las que venden
todo tipo de artículos para los franceses, Además de los “típicos” recuerdos vendían
fruta muy rica y a buen precio que no dudamos en comprar.
Después de tomarnos un cafecito descendimos por la vertiente española pasando
sobre las desiertas pistas de Formigal, La estación también estaba semidesierta por lo
que continuamos hasta
Sallent del Gállego un
encantador pueblo muy
bonito y que encima
estaba en fiestas. Dimos
un paseo por el mismo y
finalmente tomamos una
cerveza en la terraza del
casino, bajo los árboles.
De vuelta a Laruns el
cielo se fue oscureciendo
y finalmente comenzó a
llover.