

Ruta de los cuentos de los hermanos Grimm |
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Él miró su pié y vio cómo la sangre se salía fuera del zapato y
cómo había manchado de rojo su media. Se dio media vuelta y
regresó a la casa de nuevo.
“Ésta tampoco es la correcta”, dijo él, “¿No tendrás otra
hija? “No,” dijo el hombre. “Sólo hay una pequeña
Cenicienta
deformada de mi primera esposa
, pero ella no puede ser la
novia”. El príncipe le dijo que se la enviara con él pero la
madre respondió, “Oh, no, ella está demasiado sucia y no
puede ser vista”.
Pero el príncipe insistió en ello y tuvieron que llamar a
Cenicienta. Ella antes se lavó las manos y la cara y entonces
fue y se reverenció ante el príncipe, quien le entregó el zapato
de oro. Se sentó sobre un taburete, metió el pié dentro del
zapato y encajó perfectamente. Cuando se levantó, el príncipe le miró a la cara y reconoció la
hermosa chica que había bailado con él. Gritó,
“Ella es mi verdadera novia.”
La madrastra y las dos hermanas estaban
horrorizadas y palidecieron de ira. El príncipe, sin
embargo, tomó a la Cenicienta en su caballo y se
alejó con ella. Al pasar por el avellano, las dos
palomas blancas gritaron:
No hay sangre en el zapato. El zapato no está
demasiado apretado, ¡Ésta es la novia correcta!
Después, ambas volaron hacia abajo y se posaron en los hombros de Cenicienta, una a la
derecha y la otra a la izquierda, y se quedaron sentadas allí.
Cuando la boda con el príncipe iba a celebrarse, las otras dos
hermanas llegaron, con ganas de ganarse el favor de la
Cenicienta y compartir su gran fortuna. Cuando la pareja
nupcial entró en la iglesia, la hermana mayor se acercó a su
lado derecho y la más joven de su lado izquierdo. Entonces
las
palomas le sacaron un ojo a cada una de ellas
. Después, al
salir de la iglesia, la mayor estaba en el lado izquierdo y
la más joven en el lado derecho, después
las palomas les
sacaron el otro ojo
. Y así, por su maldad y por mentirosas,
fueron castigadas con la ceguera para siempre.