

Ruta de los cuentos de los hermanos Grimm |
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Epernay
La ciudad de Epernay fue fundada en el siglo V por artesanos curtidores que se instalan a orillas río Cubry
cuyas aguas utilizaban en sus trabajos de tratamiento de las pieles. En el año 1024, la ciudad pasó a manos
de los Condes del Champaña y más tarde a finales del siglo XIII la región se unirá al reino de Francia en
razón de la boda entre Felipe IV el Hermoso con Juana de Champaña. En el año 1515, Francisco I que
acababa de ser coronado rey, donará el señorío de Epernay a su madre, Luisa de Saboya. Desde su
fundación, la ciudad pasará por momentos muy difíciles, fue atacada y destruida en varias ocasiones, las
crónicas de la época cuentan que fue saqueada y quemada más de 24 veces. Fue gravemente dañada
durante la Primera Guerra Mundial, esta guerra provocará la muerte de los dos tercios de la población.
Durante la Segunda Guerra Mundial en el año 1940, Epernay es nuevamente bombardeada y ocupada por
las tropas alemanas hasta su liberación el día 28 de agosto de 1944 por las tropas americanas al mando del
general Patton. Es por ello que la ciudad de Epernay no conserva más que unos pocos vestigios de su
pasado, solamente la puerta de San Martín y la fachada de la casa de Luisa de Saboya que datan del siglo
XVI y algunos hermosos palacetes particulares del siglo XIX quedan aun en pie. En Hautvillers, pequeño
pueblo muy cerca de Epernay, se encuentra la
abadía benedictina en la que Dom Pérignon
ejerció durante 47 años las funciones de monje
en el siglo XVII. Según la tradición, fue mezclando
uvas procedentes de cepas diferentes que
consiguió controlar el proceso de fermentación y
logró así de forma accidental un vino claro con
burbujas persistentes que llamaría champagne.
En los últimos años la región de Champagne ha
comercializado una media de 245 millones de
botellas por año producidas en 31.000 hectáreas
de viñedos cultivados, si bien este vino se exporta a todo el mundo, son Gran bretaña y Alemania los países
importadores por excelencia.
La calidad de la tierra de la región es la que le otorga a sus cosechas esas cualidades tan especiales, pero lo
mejor de la región de Champagne es tener un clima que puede madurar sus uvas a una temperatura media
de 10º C, ya que con un grado menos la uva
no podría desarrollarse y completar su ciclo
de maduración. Gracias a esta producción y
a la fama de su champagne Epernay es una
floreciente ciudad que hace que sus
habitantes tengan hoy la renta per capita
más alta de Francia.