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4º Día
Martes 22 de agosto
MONT SAINT-MICHEL – SAINT-MALO – MONT SAINT-MICHEL
El Mont Saint-Michel, llamado también "La Maravilla de Occidente", se alza en el centro de una gran
bahía invadida por las mayores y más rápidas mareas de toda Europa y una de las más grandes del
mundo. Las mareas pueden alcanzar los 15 metros de diferencia entre la pleamar y bajamar (récord en
Francia). Como el fondo de arena es muy llano, la bajamar puede llegar a descubrir distancias de
hasta 24 Km a velocidades de 30 Km por hora, de hecho, hay una afirmación popular que dice que
avanzan a la velocidad del galope de un caballo. El Mont Saint-Michel es un islote de unos 900 metros
de perímetro y 80 metros de altura.
A petición del Arcángel San Miguel, el obispo de Avranches, Saint Aubert, construyó una primera
iglesia el 16 de octubre de 709. En el año 966, una comunidad de benedictinos se instala en la roca.
Durante ocho siglos no paran de construir, agrandar y embellecer la Abadía, hasta el punto de que en
el siglo XIII se le asignará el nombre de "La Maravilla". Si alguno tenéis la curiosidad de ver el cráneo
del obispo, presuntamente perforado por el dedo del arcángel, podéis verlo como una reliquia expuesta
en la iglesia de St-Gervais, en Avranches.
Obra maestra de la Arquitectura, sobre el monte se sucedieron hasta el siglo XVI edificios góticos y
románicos. A lo largo de la historia, la magnífica fortificación de la abadía nunca fue tomada, y mira
que se intentó en múltiples ocasiones. La construcción de los diferentes edificios es una auténtica
proeza ya que, entre otras cosas, hubo que traer la piedra desde Bretaña y las islas Chausey. De entre
todos los edificios hay que destacar los que se denominan "La Merveille". Se trata de unos
edificios que ocupan la fachada norte del monte: La capellanía, la sala de huéspedes, la sala de los
caballeros, el refectorio y el claustro.
Este gran hogar espiritual, fue con Roma y Santiago de Compostela, uno de los más importantes
lugares de peregrinación cristiana del Occidente medieval y ha sido el primer monumento francés en
ser inscrito como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
El Mont Saint-Michel, impresionante lugar turístico, recibe hoy en día más de tres millones de visitantes
al año y es uno de los lugares más maravillosos que se puedan visitar. Damos fe de ello.
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Diario
La noche ha sido fresquita y lluviosa. Nos levantamos pronto y en el exterior no hay más de 8º.
Después de un gran desayuno que consiste en café con leche, exquisitos croissant rellenos de
mantequilla y mermelada de fresa, galletas bretonas y zumo de naranja, la temperatura va subiendo
por momentos. Cuando salimos de la AC ya hay 11º, no sabemos si la temperatura ha subido por el
desayuno o porque ha amanecido un día con un espléndido sol.
Son las 9:30h y vamos a comenzar nuestra visita al Mont Saint-Michel. El ir y venir de coches,
autobuses, motos y autocaravanas, es incesante. La caravana de vehículos llega hasta el inicio del
dique, es decir, unos 2 Km. Bien situados, y fácilmente visibles, hay varios carteles informativos donde
se explica claramente las horas y los parking que quedarán inundados. Los “no inundables hoy” se
empiezan a llenar de vehículos y los inundables, se sabe a la hora a la que se tiene que salir de ellos
para no ser arrastrados por la marea. Buena organización.
