Seguramente este fiordo no es el más bonito que vamos a ver pero a nosotros nos
está encantando tenerlo como compañero de viaje. Las aguas tan calmadas, el reflejo de
las montañas e islotes en él, la quietud del paisaje, el sonido de las gaviotas, las casitas
rojas en su orilla, las modestas embarcaciones invitándote a perderte en sus aguas, la luz
con el cielo claro, todo resulta ideal en este cuadro.