hablando de olvidar, esa ha sido una de las anecdotas de este verano. Salimos para Santander, y a la altura de Manzanares, en Ciudad Real, me doy cuenta de que SE ME HABIA OLVIDADO LA CARTERA, con el dinero, la documentacion, en fin, todo lo que se lleva en la cartera. Inmediatamente llamé a mi cuñada que me envió un fax al camping con una fotocopia compulsada del D.N.I. y el carnet de conducir, ya se que eso no sirve para nada, pero yo me quedé mas tranquilo, menos mal que Luisa llevaba sus tarjetas, si no me hubiera tenido que volver, y ya llevabamos hechos mas de 300 km.