Sí, sí, todo lo que digáis, pero mi experiencia es la que os conté: si no le llego a prestar la cocina de mi caravana a aquella chica, aquél día habría tenido que ir de restaurante. Menos mal que yo cocinaba fuera, con la de inducción.
Claro que ella era novata, y no llevaba cartuchos de repuesto.