AlbertoSeijas
calladit@
[FONT="]Los días 7 y 17 de cada mes (excepto si alguno coincide en domingo, que se pasaría al lunes) se celebra feria en Ourense, por lo que al mediodía es recomendable peregrinar hasta el Campo de la Feria (situado al lado de las Termas de A Chavasqueira) para probar una de las tradiciones gastronómicas más antiguas y asentadas en Ourense.[/FONT]
[FONT="]El menú lo forman el pulpo y la carne cocida en caldero (carne ao caldeiro), ocasionalmente también churrasco, acompañados de un buen vino Ribeiro. De postre, siempre café y bica (bizcocho de manteca), y si no hay prisa quizás algún licor.[/FONT]
[FONT="]El pulpo á feira es el manjar al que suele recurrirse para celebrar las ocasiones especiales, así que no es extraño encontrar los domingos a varias pulpeiras con sus calderos distribuidas por la ciudad, preparando raciones a una clientela que espera para comerlo in situ o llevárselo a casa: el pulpo es el plato estrella del almuerzo dominical en familia.[/FONT]
[FONT="]La historia[/FONT]
[FONT="]Es un hecho reconocido que el mejor pulpo de Galicia es el que se prepara en el interior de la provincia de Ourense, lejos de las costas atlánticas. Aunque sorprendente, tiene una explicación histórica que se remonta a la Edad Media. Por aquel entonces, la orden cisterciense de Oseira, a 20 kilómetros de la ciudad, poseía territorios que se extendían hasta la ría de Marín. Por trabajarlos, los campesinos de la costa pagaban tributo al monasterio, un diezmo que a menudo llegaba en forma de pulpo. Así comenzó la tradición de importarlo, desarrollando una técnica de secado que mantuviera su sabor y propiedades en una época en la que los transportes eran lentos, y consolidando la receta tradicional del pulpo «á feira» que se cocinaba en las romerías y mercados del interior.[/FONT]
[FONT="]La receta[/FONT]
[FONT="]Para preparar un buen pulpo á feira hace falta mazar el pulpo para que no esté duro o comprarlo congelado. Una vez mazado o descongelado, se pone a hervir agua abundante en una olla, preferiblemente de cobre. Cuando esté hirviendo, se coge el pulpo por la cabeza y se sumerge tres veces en el agua (metiéndolo y sacándolo inmediatamente) para que no suelte la piel: a esa parte del proceso se le llama «asustar al pulpo». Se deja cocer de 40 a 50 minutos, dependiendo del tamaño de la pieza, y después se escurre y se corta con unas tijeras en trozos de 1 cm de grosor.[/FONT]
[FONT="]Lo típico es comer el pulpo servido en un plato de madera con palillos: que los cubiertos no lo toquen. Se adorna con sal gruesa, aceite y pimentón, que puede ser dulce o picante. Es opcional acompañarlo de patatas cocidas en el propio agua del pulpo, lo que les da una coloración rosada.[/FONT]
[FONT="]Al lado está un recinto dónde se puede pernoctar en autocaravanas. No tiene servicios de vaciado de aguas grises ni negras.[/FONT]


[FONT="]El menú lo forman el pulpo y la carne cocida en caldero (carne ao caldeiro), ocasionalmente también churrasco, acompañados de un buen vino Ribeiro. De postre, siempre café y bica (bizcocho de manteca), y si no hay prisa quizás algún licor.[/FONT]
[FONT="]El pulpo á feira es el manjar al que suele recurrirse para celebrar las ocasiones especiales, así que no es extraño encontrar los domingos a varias pulpeiras con sus calderos distribuidas por la ciudad, preparando raciones a una clientela que espera para comerlo in situ o llevárselo a casa: el pulpo es el plato estrella del almuerzo dominical en familia.[/FONT]
[FONT="]La historia[/FONT]
[FONT="]Es un hecho reconocido que el mejor pulpo de Galicia es el que se prepara en el interior de la provincia de Ourense, lejos de las costas atlánticas. Aunque sorprendente, tiene una explicación histórica que se remonta a la Edad Media. Por aquel entonces, la orden cisterciense de Oseira, a 20 kilómetros de la ciudad, poseía territorios que se extendían hasta la ría de Marín. Por trabajarlos, los campesinos de la costa pagaban tributo al monasterio, un diezmo que a menudo llegaba en forma de pulpo. Así comenzó la tradición de importarlo, desarrollando una técnica de secado que mantuviera su sabor y propiedades en una época en la que los transportes eran lentos, y consolidando la receta tradicional del pulpo «á feira» que se cocinaba en las romerías y mercados del interior.[/FONT]
[FONT="]La receta[/FONT]
[FONT="]Para preparar un buen pulpo á feira hace falta mazar el pulpo para que no esté duro o comprarlo congelado. Una vez mazado o descongelado, se pone a hervir agua abundante en una olla, preferiblemente de cobre. Cuando esté hirviendo, se coge el pulpo por la cabeza y se sumerge tres veces en el agua (metiéndolo y sacándolo inmediatamente) para que no suelte la piel: a esa parte del proceso se le llama «asustar al pulpo». Se deja cocer de 40 a 50 minutos, dependiendo del tamaño de la pieza, y después se escurre y se corta con unas tijeras en trozos de 1 cm de grosor.[/FONT]
[FONT="]Lo típico es comer el pulpo servido en un plato de madera con palillos: que los cubiertos no lo toquen. Se adorna con sal gruesa, aceite y pimentón, que puede ser dulce o picante. Es opcional acompañarlo de patatas cocidas en el propio agua del pulpo, lo que les da una coloración rosada.[/FONT]
[FONT="]Al lado está un recinto dónde se puede pernoctar en autocaravanas. No tiene servicios de vaciado de aguas grises ni negras.[/FONT]


