Cocodrilo... aprovecho que estarás disfrutando de tu merecido menú de 9 Euros, distraído, por lo que no me verás...
No me verás intentando disimular la lágrima que del ojo izquierdo intenta escaparse... pero, ¡amos no jodas, no se te va a escapar!...
Ya no soy tan mozo, aunque, claro, a tu lado, si... y ese simple hecho, me deja sin argumentos, pues qué le voy yo a contar, que me siento al final de la vida ( qué más quisiera ), a alguien que me saca unas cuantas primaveras, y que no tira la toalla... que "La" recuerda cada día, que aún pasados dos años, no lo da todo por perdido... y que para más inri, tiene los santos cojones de darnos una lección de humanidad... Macho, me descubro ante tí, y te agradezco en lo más profundo la clase magistral que nos estás dando, lo que me lleva a recordar a mis viejos y nunca olvidados MAESTROS que he tenido, especialmente en la adolescencia...
Llevo casado treinta y seis... con la misma ( sí, ha sido capaz de aguantarme, lo que la convierte en acreedora de santidad, pero tiempo habrá de eso ), y a pesar de todo lo vivido, y que seguro tú conoces, me confieso cobarde... cobarde, porque si pudiera conseguirlo, le pido a Dios, que me lleve a mí primero... Para el caso hipotético de que sucediera al contrario, no me siento capaz de continuar. Hay que ser de otra pasta, que yo no tengo, para resistir sin Ella ( a pesar de que muchas veces me pone... que no sé cómo la aguanto ).
Espero sepas disculpar ésta pequeña intromisión en tus meditaciones, pero es que me lo has provocado...
Un abrazo, y quedo a la espera de tener el honor de compartir una cerveza ( o varias ), en tu compañia
Animo, maestro
