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El aduanero nos hace bajar a los dos al muelle y registra minuciosamente los
bajos del asiento del conductor. Sí, el receptáculo de la batería auxiliar, no
encontró nada raro y me ordenó que fuera al interior de la oficina con la
documentación. Ya es de noche, apenas queda nadie por los alrededores y al
entrar en las dependencias de la aduana, me encuentro junto al funcionario
encargado de los papeleos, a los dos “pintas” que se hacían pasar por
empleados de la compañía naviera y que me exigieron en su momento una
“importante propina” por sus servicios, y que yo naturalmente me negué a
pagar. El dinero que se les da a los “moritos arregladores de papeles” también
va a parar a manos de estos funcionarios. A pesar de que ya no quedaba nadie
por allí, me tuvieron un buen rato esperando, lo justo para hacernos perder el
barco.
Ya todo resuelto, volvemos al muelle, vacío, nos toca esperar un par de horas
hasta que salga el siguiente barco. Son las 9 de la noche y empieza a llover a
cántaros. Aprovechamos para cenar y por la columna de coches que empieza a
formarse se pasea un camarero con una bandeja repleta de vasos de plástico
con té. Triste despedida de Marruecos.
Llegada a Tarifa sin novedad y pernocta en un aparcamiento de la playa del
Lance.
Kilómetros recorridos hoy: 22.
Total: 2889 km.
1...,37,38,39,40,41,42,43,44,45,46 48,49,50
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