El recorrido dura unos 30 minutos pero es bastante bonito.
Luego nos hemos dirigido a Mark, gran plaza de Brujas, y hemos estado
paseando.
Comimos
en
un
restaurante, aunque
tarde para su horario,
unos mejillones con
mantequilla y vino blanco
exquisito, y unos platos
con
unos
nombres
impronunciables:
Pollo y ternera (potaje
flamenco) muy parecido
a nuestra caldereta.
Unos helados y a
continuar la visita por la
ciudad.
Visitamos la Iglesia de Nuestra Señora con una gran torre de ladrillo de 118
metros que al mirarla desde abajo con el movimiento de las nubes daba la
impresión de que se te
caía encima. Su joya es
la “madonna con niño”,
de Miguel Ángel, única
obra que salió de
Italia en vida del
escultor. Magnífica, de
una serena belleza que
bien merece visitarla.
A continuación el
Beaterio Begijnhof del
siglo XIII con sus
paredes blancas
y
el
Minnewater,
jardín junto al canal