

Continuamos hacia Safi la capital de la cerámica y a Oualidiya, el reino de las ostras y sus
preciosas playas donde el mar sonríe a quien lo contempla, llena a tope de autos francesas
Mas tarde Casa, como la llaman los marroquies
Tuvimos un problema, al intentar pernoctar en el parking que solemos hacerlo habitualmente,
lo han reformado de tal manera que el guardian, no nos dejaba aparcar porque decia que lo