

El castillo está situado en una de los lados del lago sobre un acantilado. Las vistas desde
arriba son preciosas. Coincidiendo con nuestra estancia había unas jornadas medievales en el
castillo y, dada la afluencia de público, se había habilitado unos aparcamientos a los pies de la
cuesta que accede a el, con personal muy amable que dirigía y coordinaba los accesos. Desde
allí, se podía subir a pie, o con un con un autobús gratuito en el que admitían mascotas. Se
puede entrar con las mascotas al recinto del castillo, pero no al interior de los edificios. Durante
dos días se celebraron eventos especiales con gente ataviada con trajes de la época medieval,
bailes tradicionales, representaciones, actuaciones musicales, etc. Y en las que, además, se
interactuaba con el público. También había un mercadillo medieval. Arriba hay restaurante, bar,
etc. También hay una imprenta, reproducción de la original de Gutemberg, en donde tú mismo
puedes imprimir un grabado con tu nombre, o lo que quieras poner. Visitar las dependencias
interiores del castillo cuesta 10 €.
El lago Bled desde el castillo. En el centro, la Isla con la Iglesia de Santa María. A la
derecha, la playita y entrada al camping Bled. A la izquierda, Vila Bled, la residencia de
verano de Tito. Si no se quiere caminar, hay un tren turístico que da la vuelta al lago.
Hotel Vila Bled
Al lado mismo del camping Bled, se encuentra el hotel Vila Bled, en lo que fuera la
residencia de verano del mariscal Tito. Se puede comer en su restaurante o, como nosotros
hicimos, merendar en su terraza con vistas impresionantes sobre el lago, la isla y el castillo. En
ese momento estábamos solos en su terraza con impresionantes vistas. Una merienda
irrepetible. Dos cafés con leche, un pastel de crema que es el dulce típico de Bled, y tarta de
chocolate, 17.50€. Pregunte en recepción, y amablemente nos permitieron ver algunas de las
dependencias. No es que sea una visita imprescindible, pero merece la pena, al menos, ver el
gran mural, que hay en la antigua sala de conciertos, y que es un buen ejemplo del estilo conocido
como realismo socialista.