Desde el museo un transbordador te lleva hasta la estación del tren, esta vez
corriente, donde tomamos un intercity hasta Hoorn por 7,50 €uros cada uno, en
primera clase. El tren era un lujo, con cómodos y grandes sillones y wifi gratis, y
nos dejó en la misma estación donde habíamos dejado aparcado el coche. Desde
allí vuelta al camping, unos 20 minutos en coche.
Día 16 de agosto de 2014.
Hoy nos hemos quedado en Edam, ya que se celebra la fiesta del Waterdag o
Día del Agua, y desde luego agua no faltó en forma de lluvia
.
Se organiza un mercado libre, en el que la gente del pueblo y de fura pone a
la venta lo que ya no necesita, ropa, bicicletas, calzado, juguetes, libros, a precios
muy bajos. También las tiendas sacan saldos.
Se celebran una especie de regatas de chalanos en las que se navega del revés,
es decir de popa a proa; se rema con palas de cavar y el timón es un tablón, la
verdad es que es difícil y a la vez divertido de ver.
En algunas casas particulares ofrecen café por 1 €uro y en otras te permiten
ir al baño por 0,50, incluso en la iglesia católica había un cartel que rezaba “Toilet
in kerk 0,50 €”.
Dejamos las bicis aparcadas y candadas en una calle y dimos una vuelta
curioseando, y tras el chaparrón que cayó a eso de las 12, compramos una especie
de buñuelos con azúcar glass y mantequilla en un puesto callejeo por 2,50 €uros.
Después a comer al camping, hoy teníamos una suculenta fabada asturiana, con
producto 100% casero, y que además apetecía por el tiempo que hacía, después de
comer descanso, y a las 19.00 horas volvimos a Edam a misa en bici.
Éramos pocas personas, unas 15, la iglesia bastante sobria, con poca
decoración, muy parecida a las iglesias protestantes. Los bancos eran de madera de
talla holandesa, es decir muy altos, y frente a cada asiento, colgado de una alcayata,
un trozo de forro de lana muy grueso, para ponerse de rodillas y amortiguar. Los
asistentes era casi todos de cierta edad, y la liturgia es un poco diferente. Pasan toda
la misa sentados, menos el Evangelio, y toda la plegaria eucarística, desde la
consagración al padrenuestro de rodillas, resulta curioso, y además se agradece el
trozo de forro. A la salida el 90% de los asistentes cogió sus bicicletas,