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Londres y el sur de Inglaterra

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Una ciudad vinculada al culto

Cruce de caminos del oeste de Francia, Chartres siempre tuvo una vinculación

con la religión, e incluso con el Camino de Santiago.

Muchos peregrinos iban de París hacia Chartres para continuar hacia el sur, o

salían desde esta pequeña urbe.

Antiguamente fue ya un lugar de peregrinación como centro druida, y luego, en el

Medievo, cabeza de un episcopado vigoroso.

Su época de máximo esplendor tuvo lugar en el Medioevo, cuando disfrutó de una

activa vida económica, bajo un poderoso episcopado e incluso con una escuela

filosófica platónica.

Nuestra señora de Sous-Terre (subterránea) centró la peregrinación medieval, y

propició el desarrollo de una densa actividad religiosa, gremial y de comercio.

Desde temprana época medieval los reyes franceses engrandecieron la urbe e

hicieron donaciones a la poderosa iglesia de Chartres.

El patrimonio de Chartres

En torno al río Eure está la ciudad baja. Desde la ribera hasta la zona

de la catedral se desarrolla una teoría de callejas donde aún se hallan

antiguas edificaciones, alguna originaria del siglo XII.

En la parte baja aún el nombre de las calles recuerda las antiguas

actividades artesanales. Se han reconstruido viejos molinos y

lavaderos. Desde la orilla del Eure se tienen hermosas vistas de la

ciudad.

La zona inferior se une a la parte superior por calles inclinadas,

rampas y escaleras, les tertres,

Aparte de la catedral, Chartres conserva otras iglesias de valor, en

especial la de Saint-Pierre. Un recorrido recomendable será el de bajar

desde la acrópolis donde se halla la catedral hasta la iglesia de Saint-

André, un poco más al norte y a la vera del río, para descender hasta el sur y hallar la magnífica

iglesia abacial de Saint-Pierre, retornando por las viejas calles hacia el entorno catedralicio.

La catedral de Chartres

Cuando el viajero se acerca por la explanada hacia la grandiosa

fachada sur, se halla ante un conjunto extraño en el que se mezclan

vigorosamente formas góticas y románicas.

Es el resultado de una permanente lucha del hombre por mantener un

grandioso conjunto dedicado especialmente a la Virgen María.

El edificio románico, construido a partir de 1134 ya tenía una notable

belleza. Pero tuvo problemas la cimentación. Originariamente estaban

las torres más avanzadas que la triple portada, pero los problemas

aludidos obligaron a desmontar ésta, piedra a piedra, y reedificarla

unos metros más adelante, a la altura de las torres. Por ello toda esa

fachada tiene cierta imagen plana.