Isla de Olerón. Verano 2011. Belén Coya
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Después de los fuegos nos fuimos a la verbena con grupo folk en directo y luego
bailando con DJ eso sí con los chubasqueros pues “orbayaba” cuando no llovía, vamos
como en casa (somos de Asturias). Finalmente decidimos irnos para la cama pues aún
había que volver al camping andando y parecía tarde. Cuando llegamos al camping es
posible que ya fuesen las 11.30. Parece increíble como te puedes acostumbrar al
entorno, a sus costumbres y a sus horarios.
En resumen, la isla nos ha sorprendido gratamente tanto en paisaje, en costumbres así
como la gente.
Esta isla como lugar de descanso tras un tiempo de vacaciones cuando vas a conocer un
sitio nuevo donde hay que madrugar, visitar castillos, museos, recorrer lugares, etc es
perfecta y más aún para disfrutar de los niños haciendo actividades divertidas
para
ellos
como andar en bici, coger marisco, disfrutar de las playas y decidiendo ellos
también que ruta o a donde vamos al día siguiente sin la presión de “es que hay que ir a
ver…”.
Si tenéis niños, si os gusta la naturaleza, la playa, la bici y sobretodo descansar y
disfrutar sin prisas este es un sitio ideal.
Nosotros repetiremos probablemente como segunda parte de las vacaciones para poder
“descansar de las vacaciones” antes de regresar a casa.