

Pero lo mejor de la visita a Nazaré se encuentra subiendo con el funicular, al barrio alto.
Tuvimos que hacer cola, porque el aforo del funicular se ha reducido por la pandemia. Pero
merece la pena, el recorrido es espectacular y la alternativa a pie es una paliza. Desde el barrio
alto hay unas vistas impresionantes de la playa. Se puede ir dando un paseo hasta el faro (que
estaba completamente cubierto de nubes cuando estuvimos, aunque en la otra parte del pueblo
estaba totalmente despejado), y se puede ver la playa norte, muy famosa entre los surferos,
por sus olas especiales.