

Aparcamos en la casa Fiat en el barrio llamado Colentina, pero ya estaba cerrada al
público y el guarda de seguridad nos deja estar aparcados aquí hasta mañana, pues
Enrique quiere que le miren si la reparación de la bomba de Serbia fue correcta y de
paso cambiar el aceite del vehículo
Enfrente hay un Carrefour, nos vamos en un autobús al Centro de Bucarest a dar una
vueltecilla por estos inmensos bulevares que hay y que poco después del terremoto
que asoló la ciudad sobre todo la parte antigua, los arreglaron.
Ceaucescu y su esposa que le enamoraban las cosas a lo grande lo hicieron, además
destruyeron barrios enteros para construir el Parlamento, pero no vieron terminada la
obra los ejecutaron antes de terminarlo
Nos vamos hacia la AC después de cenar y ahí los taxistas rumanos nos metieron el
primer clavo
Centro de Bucarest
Tengo por sistema preguntar antes lo que cuestan las cosas, pero Enrique no, y al
llegar a Colentina nos cobró 28 euros, nos aconsejan llevar billetes pequeños
Al día siguiente le preguntamos el precio a la encargada de la Fiat que se llamaba
Rosana y era una chica encantadora, que hablaba español y había trabajado en España
Nos dice que ese trayecto de ayer podíamos pagar al cambio entre 3 y como
muchísimo 4 euros