Ésta de cuando entraba kokolo por aquí...
Pimientos rellenos de Bakalao a la Kokolo
Antes de empezar con la receta hay que dejar claros unos puntos. Posiblemente para un cocinero profesional o amateur algunas de las prácticas que abajo se detallan pueden resultar una blasfemia para la Cocina: como mezclar ingredientes que no casan unos con otros, tiempos de cocción, etc. No pretendo ofender con ellos, pero es la menera que yo tengo de hacerlos y el resultado es el que algunos y algunas ya conocéis, por tanto me pongo a describir los Pimientos Rellenos de Bakalao a la Kokolo.
Primeramente, el ingrediente más importante, mucho cariño. Es un plato que al final se agradece y merece la pena ponerle ganas. Al final se nota.
Segundo, como es un plato que lleva su trabajo, yo no escatimaría en la calidad de los ingredientes, esto es, sería una pena que todo el tiempo invertido se echara a perder por una mala calidad de los pimientos, por ejemplo.
Dicho esto, esta es la relación de ingredientes utilizados:
Pimientos del piquillo (3 latas). Yo utilizo la marca Eroski, los de D.O. Lodosa. Son los mejores que he encontrado. Para la cantidad de bakalao que describo, el plato me lleva 3 latas de pimientos.
Relleno:
400 gr bakalao desmigado y desalado
2 cebollas grandes
2 dientes de ajo
2 cucharadas grandes y rebosantes de harina
Leche
Aceite de oliva virgen extra
Salsa: (lleva lo que queráis echarle, pero yo utilizo los siguientes)
2 cebollas
1 ó 2 puerros (o lo verde de alguna cebolleta)
2 dientes de ajo
1 pimiento rojo
2 zanahorias
3 pimientos choriceros secos (o pimientos secos dulces)
1 lata de tomate triturado
1 ó 2 tomates muy maduros
El jugo de los pimientos escurridos
El aceite de la fritura de los pimientos
Aceite de oliva virgen extra y sal
Preparación:
Bechamel
De víspera desmigar el bakalao (si no lo compráis desmigado ya). Yo utilizo lo más barato que encuentre, normalmente las tajadas y luego las desmigo en casa. Después remojar durante 24 horas, tapado y en la nevera. Con esto bastaría para que no quedara salado. Si sigue salado, con un escurridor, se pone bajo el grifo durante un rato a chorro suave. Se prueba un poco para ver si está salado.
Escurrir muy muy bien el bakalao. Hacer presión para que suelte todo el agua.
Poner a escurrir los pimientos y reservar su jugo para la salsa.
Picar fino las dos cebollas grandes y poner a rehogar junto con dos cucharadas de aceite.
Antes de que doren, echar los 2 dientes de ajo picados muy fino.
De seguido echar el bakalao para que se haga un poco.
Echar las dos cucharadas de harina. Yo dejo que todo coja un color beige, para lo que hay que cocer bien la harina.
Ir echando poco a poco leche para hacer la bechamel. La cantidad depende, pero me gusta que quede una bechamel tiesita (aunque no como la de unas croquetas). Recordad que la bechamel caliente es más fluida. Al enfriar se endurece. Dejar enfriar.
Yo no echo sal a la bechamel, pero eso a gusto.
Salsa
Mientras se va haciendo la behcamel se puede empezar con la salsa.
Para ello rehogar en una cazuela las dos cebollas cortadas en juliana (ya que da menos trabajo que picada) con dos cucharadas de aceite.
Hacer lo mismo con el puerro.
Como antes, antes de que dore echar los dos dientes de ajo picados.
Picar el pimiento rojo en dados y echar.
Picar las zanahorias en dados y echar.
Echar los pimientos choriceros limpios de pepitas y sin rabo.
Cuando esté bien hecho, echar la lata de tomate más media lata de agua y los tomates picados en dados.
Echar también el jugo de los pimientos escurridos.
Si al rellenar los pimientos nos encontramos con alguno roto, lo podemos echar a la salsa.
Cuando se termine de freir los pimientos echar en la salsa el aceite sobrante.
Sal al gusto.
Pasar por el chino.
Pimientos
Cuando tengamos fría la bechamel, vamos rellenando los pimientos del piquillo con una cucharilla. Que no rebose, pero sin escatimar.
En una sartén, calentamos aceite para freir los pimientos que previamente han sido enharinados. A mí me gusta tenerlos como un minuto o así, para que se ablanden.
Los colocamos en una cazuela de barro, ordenados, según los sacamos de la sartén.
Cuando estén todos, echamos la salsa por encima.
Cuando esté todo cubierto, calentar un poco removiendo, para que los sabores se mezclen.
Y listo.
On egin.