Bueno aprovecho que está la cafetería sola, para tomarme la última cervecita, ahora ya en plan relajadito... La degustación ha estado bién, escasa como es lógico, porque oye, no va nunca nadie, pero cuando dan algo todo el mundo se entera y ¡zas!, cuando vas a coger algo de la bandejita que saca el camarero, ya no queda nada.. Pero inminente, sin tapujos...
Primero han puesto unos platitos monísimos cuadrados de cristal en colores naranja o negro (a juego con el resto de la decoración del local) con dados de piña, gajos de mandarina y hierbabuena, con unos palillitos largos con los que podías sumergir los trozos en chocolate caliente blanco o negro. Después ha ido pasando unas tostas redondas con salmón a la plancha un poquito de lechuga y una aceituna negra, unos pinchos de unas croquetas caseras que sabían a caldo de pollo y por último unas bolas rebozadas con yuca y jamón en trocitos... Muy rico, pero menos mal que ya me había comido mi manzana antes de ir, porque como para quedarse harto, no. A parte de que yo soy de platos XXL...
En fin, lo mejor la compañía, que éramos seis y nos lo pasamos muy bien juntos riéndonos hasta de nuestra sombra y también la música, en plan disco machacón, pero el DJ pinchaba bien sus vinilos, al final cuando se iba despejando el campo, incluso hemos bailado un poquito, bueno, más o menos... Yo me hubiera quedado o incluso hubiera hecho una rondita por los locales que frecuentamos cuando salimos de copeteo, pero el angelito ese que anda por ahí diciendote, -¡nooo, que mañana tienes que madrugaaaar!-, no me ha dejado.
Así que voy a hacer por dormir, que mañana va a ser un día duro.
Buenas noches
