Pues sí y no... Arrastrar una CV por las estrechas, reviradas, empinadas, lentas e inevitables carreteras noruegas es una de las peores torturas a las que puedes someter a un coche, a su conductor y a todos los ocupantes. En cambio, en AC es uno de los destinos donde cobra más sentido. Noruega es un país en el que -con ciertas condiciones- se permite la pernocta libremente. Por contra, no tiene demasiada planta hotelera y sus horarios y precios son matadores.
Para un viaje de 15 días, una familia de 4 personas el ahorro que puede suponer en alojamiento y restauración es un gran aliciente. Por medios convencionales (hotel+restaurante) el gasto medio puede estar en 700 euros diarios (sin grandes lujos, hab. doble en hotel de 3*** 150 €/día y ticket medio de restaurante normalito 50€ por persona, que es lo que acabas pagando ya que en muchos, muchos sitios si viajas improvisando -en Noruega por carretera nunca se cumplen los horarios- y no puedes elegir restaurante sino que te lo "encuentras" es lo que acabas pagando (algo más si te dejas llevar en el mercado del pescado de Bergen, pero eso es inevitable y además la mitad de los camareros son españoles!). Lo contrario, moverte a golpe de madrugón y buscar el restaurante más barato con tripadvisor y demás, llevarlo todo milimetrado para que no se dispare el gasto, suele estar reñido con el relax que se le suponen a unas vacaciones y tampoco te ahorras tanto. Así que concretamente para Noruega la opción de AC es una de las mejores: parar donde te venga bien, comer cuando te vaya bien y descansar cuando y donde te apetezca, sin sus horarios y sin sus precios y con naturaleza para dar y regalar.
Ojo, para cualquier otro destino con precios más normales, con turismo más de ciudad, con más opciones y más fáciles, no diría lo mismo, pero con tanta naturaleza, con pueblos tan pequeños, con pocos restaurantes y pequeños (que siempre se llenan antes de que tu sientas hambre), no es tan mala opción.