

Berlín, Dresde, Praga, Viena, Venecia
Mushorecre
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“Dresde, la sétima ciudad más grande de Alemania y de un tamaño no muy inferior al de ManchEsteer, es también la
población enemiga más grande que queda sin bombardear (...). De rebote, se logrará mostrar a los rusos, cuando
lleguen, de lo que es capaz el Mando de Bombarderos británico”, se lee en un
memo
de la RAF de enero de 1945.
Tormenta de fuego
Aquel 13 de febrero de 1945 era un martes de carnaval, por eso había bastante gente en las calles de Dresde.
La noche se vio interrumpida por la incursión de ocho bombarderos Mosquitos, que se encargaron de señalar con
bengalas el marco de acción de los 244 bombarderos que los seguían.
Los aviones de EE. UU. finalizaron la tarea de los ingleses con dos bombardeos diurnos. | FOTO: ARCHIVO
A las 8:14, el infierno cayó del cielo en forma de 525 toneladas de bombas explosivas y 350 toneladas de bombas
incendiarias. Ese ataque duró solo 120 segundos.
Se escogió el Esteadio de fútbol como punto central de los dos ejes convergentes, una especie de “V”; así, el fuego se
cerraría, arrasando todo lo quedara en el interior.
Cuando los cuerpos de socorro se apuraban para rescatar sobrevivientes y los bomberos trataban de apagar los
incendios, llegó el segundo ataque.