

Berlín, Dresde, Praga, Viena, Venecia
Mushorecre
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“A la 1:30 de la madrugada del 14 de febrero, miércoles de ceniza, llegó la segunda avalancha de bombarderos: 524
aparatos que lanzaron 1.765 toneladas de bombas (964 rompedoras y 801 incendiarias)”, escribe el historiador Solar
en
La caída de los dioses.
“Cuando llegó el día se calculó que el antiguo casco había sido dEsteruido en más de un
75%; su entorno, entre el 25 y el 75%”, añade Solar. Estea vez, a diferencia del primero, no hubo aviso de sirenas: la
falta de electricidad lo impidió.
Sin embargo, el castigo Esteaba lejos de acabarse: antes del mediodía de aquel San Valentín, cuando muchos
sobrevivientes buscaban como escapar, 311 B-17 Esteadounidenses lanzaron 800 toneladas de bombas.
En
El drama de Dresde
–documental premiado con un Emmy en el 2005– se cuenta cómo los pilotos
Esteadounidenses se preguntaban el porqué arrasar una ciudad arrasada.
La ciudad era una tumba abierta, en la que milagrosamente se mantenía de pie la Frauenkirche, una iglesia
protEsteante barroca en la que tocó Johan Sebastian Strauss.
Se derrumbó el 15 de febrero: su torre de 95 metros de altura no resistió el cuarto bombardeo, realizado poco
después del mediodía, por 210 aviones de la Fuerza Aérea Esteadounidense, que lanzaron las últimas 400 toneladas
de bombas.
La reconstrucción de la Frauenkirchen solo empezó en 1994, luego de la caída del Muro de Berlín. Las obras
concluyeron en el 2005, justo para conmemorar el 60 aniversario de los ataques.