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Martes, 12/08/14
Hoy vamos a cambiar de aires costeros y hemos pensado hacer una visita algo más urbana, e interior.
Iremos a Rennes, capital de la Bretaña.
El día es soleado,
pero en Rennes
hace bastante aire,
y es fresquito, así
que llegamos allí y
una vez visitado el
punto
de
información,
como
de
costumbre,
acomodamos
el
coche
en
el
parking
correspondiente
(se puede decir
que salvo uno más
céntrico, en toda
esta región los
parkings son bastante más baratos que en Barcelona) y nos equipamos con las chaquetas para aire y
Menos mal porque más tarde nos cae un buen chaparrón, corto pero intenso.
Paseamos por sus calles, repletas de edificios muy peculiares de esta zona, y muy curiosos, porque además
de bonitos, están inclinados, apoyados unos con otros. Es una bonita estampa.
No es una ciudad muy grande, así que después de pasear un rato paramos a comer en una creperie de la
calle
Saint Georges
,
La Sarrasine
que es una calle bastante turística, y la verdad es que nos encantan las
crepes con el típico bol de sidra, que es la bebida más típica. Es una creperie muy pequeñita, pero al
parecer bastante famosa y apreciada por los lugareños y visitantes, a juzgar por la cantidad de gente que
entra y sale. En definitiva muy recomendable, buenos precios y mejor calidad.
Al salir nos encontramos con
nuestra compañera de viaje, la
lluvia, que nos pilla paseando, y
después de un rato para, y de
nuevo el sol.
Callejeamos un poco más y
hacemos algunas compras.
Hemos pasado un buen día,
volvemos para el camping, no sin
pasar de nuevo por el súper para
volver a reponer la despensa.