

El mapa indica dos itinerarios para ir, uno más largo con
agradables vistas al río y otro más corto a través de la
ciudad. Cogemos el más largo y hacemos un agradable
paseo. El museo nos muestra como es la vida en la región
más al norte de la Tierra, como se han adaptado las
personas, la fauna y la flora a los fríos extremos, las
difíciles condiciones meteorológicas y los grandes
cambios de luz y oscuridad.
Atravesamos andando la ciudad para ver los edificios
diseñados por Alvar Aalto.
Ni la ciudad ni los edificios de Aalto tienen para mi gusto
nada interesante, a excepción de su río y el puente (La
Vela del Leñador) por el que se le reconoce. Visitamos la
Artikum
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