Al llegar al camping, Vranovska Plaz, nos toman nota de los datos, pidiéndonos los DNIs de
todos, y cobrándonos nada más entrar por adelantado, y además con el agravante de que no
hablan inglés, en todo caso alemán… Eso ya es un hándicap, al igual que hemos ido viendo
durante todo el país, pero nos hacemos entender.
Las parcelas no están muy bien distribuidas, y nos colocan en una zona que es más bien para
acampadas de tiendas. Es camping bastante frecuentado por gente joven.
Finalmente, y después de bastantes dudas, acabamos plantando en una zona muy tranquila,
delante del lago, con buenas sombras, y sin delimitar, con lo que nuestra parcela es
enormemente grande, incluso hasta el lago.
Lo que al principio nos
parece
un
poco
desastroso, en cuanto a
ubicación dentro del
camping, acaba siendo
idílico.
Hay una piscina con un
tobogán gigante para los
críos, barcas, patines,
colchonetas de agua,
varios chiringuitos, e
incluso colocan un cine al
aire libre por la noche,
aunque a nosotros no
nos sirve de mucho porque no se entiende nada el checo.
También tiene un supermercado bastante completo para salir del paso.
