Marruecos, reino de los mil reinos
La Medina no reviste especial interés, a pesar de ser Monumento de la Humanidad, asi me lo
parece, pero si reviste interés la fábrica de tabaco y en la Calle Al Masira el antiguo edificio del
ferrocarril de estilo Neo Árabe, aun hoy me envían libros de la Librería Alcázar, situada en la
calle Primo, con el autobusero de línea que va a Nador, y me consiguen maravillas
bibliográficas
Tetuán tuvo sus escarceos autonomistas y por ello durante el reinado de Hassan II no fue
visitada por este monarca nunca
Hoy ha sido penoso por la cantidad de guías que queriendo conseguir unas monedas se
ponen de lo más pesado, y sigo diciéndolo y lo repito que los guías son el cáncer de
Marruecos
Sus alrededores son fantásticos, ir por la costa hacia Oued Laou ofrece una paisajística
soberbia a los visitantes, cerca la gruta de Taht el Ghar, y en la desembocadura del Rio Martil
hubo un importante emporio fenicio
Marchamos hacia Tánger, por la autopista que une esta ciudad con Tetuán hacia el puerto
Med, por unos paisajes maravillosos donde la península se contempla todo el tiempo y crees
ver a Tarik mandando sus huestes entre la bruma del mar
Llegamos al impresionante puerto ,que yo jamás pensaba que iban a construir los marroquíes
en tan poco tiempo ,y donde también se cruza en ferri a la península, pero aun recuerdo esta
carretera que unía las dos ciudades y llegabas para pernoctar en el pueblecito de Dalias a orilla
del mar ,cenando o comiendo en cualquier chiringuito
Llegamos a la glamurosa ciudad del pasado, donde artistas mafiosos, escritores, espías,
cineastas y millonarios iban buscando su exotismo, un encanto perdido
Los visitantes buscaban en Tánger lo que dijo el escritor marroquí Chucri " ver saltar los monos
de árbol en árbol, esos monos somos los marroquíes",
Nunca me ha gustado Tánger su zoco, ni sus medinas rodeada de sus casas colgadas ,ni su
mellah conocida como la pequeña Jerusalén, ni tan siquiera el famoso Café Hafa donde iban
tanto los Rollings, como Matisse o el escritor Bowles que paso parte de su vida como el
anfitrión de este famoso café, al único que no llegó a conocer es al famoso Ibn Batuta
