

comprado un par de billetes sencillos para ir y volver a/desde la plaza de Roma en el
bus (6 € en total). Se acabaron los vaporettos. Una vez descubierta y conocida la
fantástica e inolvidable experiencia fluvial, te das cuenta de que a pie se llega antes a
la mayoría de lugares. Así que desde la Piazzale de Roma hasta la Plaza de San
Marcos, vamos y volvemos andando, unos 35-40 minutos en cada sentido.
Podemos escoger varias rutas entre las que nos ofrece Google Maps, aunque sea
solo como guía para situarnos. En cuanto nos apartamos un poco de las calles
principales, el gentío disminuye muy considerablemente. Hasta el punto de
encontrarnos con calles y plazas desiertas.
Una de esas plazoletas de las que hablaba. No cuesta mucho encontrar rincones así en Venecia,
a pesar de estar en pleno mes de julio.
Una vez en la Plaza de San Marcos, volvemos a encontrar largas colas para entrar a
los monumentos. Como no estamos dispuestos a esperar tanto, hoy tampoco
entramos, y parece que no lo vamos a hacer en este viaje. El objetivo principal de hoy
era visitar el palacio y la basílica, pero no lo vamos a conseguir. Así que iniciamos la
vuelta hacia la plaza de Roma, pero pasando por otra ruta.
De camino le he comprado a mi hijo una máscara; después de mucho buscar
hemos encontrado un cajero donde no nos han cobrado comisión, y hemos pasado
por el
Hard Rock Café
de
Venezia
, situado justo enfrente de una especie de
concentración de góndolas. Por casualidad, nos hemos topado con los famosos
teatros
La Fenice
y el
Goldoni
. Ya cerca de la plaza de Roma, nos hemos sentado un