

Como es temprano, nos vamos a
Kinderdijk
. Construidos alrededor de 1740 sus 19 molinos están
declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Ya los conocemos de visitas anteriores,
pero al cambiar de planes y estar tan cerca…. Aparcamos debajo de una sombra en el parquin de
la entrada, el precio para el coche son 5€ y habitualmente hay una persona que va cobrando a todo
el que entra motorizado, pero hoy no hay nadie. Xavi y Ariadna se quedan en el coche, no tienen
ganas de pasear con el calor que hace. Yo me voy solita. Veo que con los años ha cambiado,
aparte de la visita al molino que habitualmente está abierto al público, han hecho un museo. Hay
un pequeño camino para llegar a ver los molinos, es peatonal y lógicamente otro para bicis. Camino
bajo un sol de justicia y voy sacando fotos para sumar a las que ya tengo en casa. En uno de los
puentes me encuentro con dos chicas españolas y charlamos un buen rato. Una es de Madrid y la
otra de Sabadell, tan solo a 13 kms. de Terrassa !!!!! Me explican que viven en Beirut y están de
vacaciones en Holanda. De vuelta de mi paseo, regresamos al camping. El termómetro marca 28º
y sopla un aire caliente bastante desagradable. Cenamos fuera y empezamos a jugar a las cartas.
Al poco rato, empieza a soplar un viento muy fuerte, a toda prisa recogemos la ropa tendida y
entramos en la caravana donde aún hace calor. En pocos minutos empiezan a caer gotas enormes
acompañadas de rayos y truenos. Decidimos dormir, pero es imposible. El ruido de la tormenta es
ensordecedor. Ariadna está asustada y le empieza a doler la cabeza. Le damos Apiretal, se traslada
a nuestra cama y Xavi a la suya. Al estar con mami, se calma y se duerme, yo leo un buen rato
mientras la tormenta se aleja, pero durante la noche, otras igualmente violentas y ruidosas han ido
pasando. Nunca en todos los años que llevamos haciendo camping, habíamos visto una cosa
parecida.
Kinderdijk