Dónde abastecerse:
En hipermercados: los habituales en toda la isla son los de la marca
Tesco, (similares a un Alcampo o Carrefour) seguidos de Sainsbury’s y Morrison.
Panaderías: nada que ver con las francesas. No abundan precisamente.
Aquí el pan que se gastan es una especie de pan de molde gigante que hay que cortar,
aunque también se pueden encontrar baguettes.
La vida diaria:
Horarios:
aunque hay supermercados que cierran muy tarde e incluso
funcionan las 24 horas del día, a media tarde (hora española) desaparecen de las
calles. El comercio cierra. Especialmente en ciudades y pueblos pequeños.
Pubs:
Los hay muy antiguos y bonitos, con nombres típicos como The
Fox, The Swam,The Bell, etc. En muchos aún no permiten la entrada a menores. No
sólo se bebe en ellos. También se puede comer.
Pagos:
admiten tarjetas en casi todas partes. En caso de necesitarlo hay
cajeros siempre a mano.
Conviene levantarse temprano
para llegar a tiempo a los sitios y no
encontrarse colas.
Bicicletas:
las utilizan mucho e incluso hay carril bici en las ciudades,
con semáforos y todo, , aunque en muchas (como vimos en Salisbury)es un quiero y
no puedo, ya que esa veces muy estrecho, se interrumpe cuando no tienen sitio, o se
termina bruscamente. En Londres supone jugarse el tipo con los enormes autobuses
sorteando a unos y a otros.
Seguridad:
no hemos tenido ningún problema. Parece un lugar
tranquilo. Salvo Londres evitamos las grandes ciudades que siempre son las zonas
problemáticas en todas partes. Hay cámaras hasta en la sopa, tanto en la calle como
en las carreteras, autopistas, comercios e incluso en los campings. Es una obsesión.
Botellón:
Nos llamó la atención los carteles existentes en parques y
jardines de muchas ciudades prohibiendo expresamente el consumo de bebidas en
esos lugares. La policía vigilaba de cerca a algún grupo de jóvenes en actitud
sospechosa.
Idioma:
Se les entiende bastante bien. Depende de la persona con quien
se hable y las ganas que tenga de entenderte. No parece que hablen español en
ninguna parte. Curioso, ya que en muchos lugares de Europa sí hemos encontrado
gente que sabía hablar (Alemania, Praga, Austria… )