Se van a recepción refunfuñando y para nuestra suerte se cambian de parcela.
Ha sido el único incidente desagradable de todo el viaje. En fin, maleducados
hay en todas partes, incluso en Inglaterra.
En general ingleses y escoceses con los que hemos hablado a lo largo del viaje,
nos han tratado muy bien y han sido amables en todo momento. Aunque en alguna
carretera nos han pitado por ir demasiado
despacio. ¿Dónde está la flema?
Un poco mosqueados por el asunto
vamos recogiendo todo y preparándonos
para la marcha de mañana, vigilando con el
rabillo del ojo si viene el energúmeno a
pincharnos las ruedas o algo por el estilo.
Conduciendo por la izquierda
Día 22. Lunes 14 de agosto. Oxford-Portsmouth 135 Km.
Nos levantamos temprano y después de desayunar y recogerlo todo
emprendemos la última etapa hasta
Portsmouth
. El barco sale a las nueve de la noche
y no hay prisa, son unos 170 kms desde donde estamos.
Nuestra intención es parar a comer en alguna área de servicio en la autopista.
El tiempo ha mejorado y conforme vamos hacia el sur se va aclarando aunque sin
llegar a salir el sol. Según nos vamos acercando y tras coger el desvío
a
Portsmouth
por la M27 nos anuncian que ya no hay más áreas de servicio con lo
que al final desembocamos directamente en la explanada de embarque sin haber
podido parar a comer.
Nos quedan unas nueve horas de espera así
que nos ponemos en la cola correspondiente a
P&O que indica dirección Bilbao, dónde ya hay
otro madrugador delante.
Una vez allí bajamos hasta la estación
marítima donde nos aprovisionamos con algún
que otro bocadillo que nos comemos en la
caravana.
Portsmouth
Las horas pasan despacio y poco a poco la fila aumenta.