

Aun nos queda Ribeauvillé. Llegamos ya completamente de noche,
cerca de las 7 de la tarde. Los comercios están cerrados y la gente ha
desaparecido. Solo se ve a alguien apurando la cena en algún
restaurante.
El pueblecito resulta no serlo. Es mucho mas grande que los
anteriores y nos da la impresión de que es mas señorial. Es solo la
impresión, no hay nadie por las calles. Y es una lástima, pues así
pierde muchísimo encanto.
Ribeauvillé
Y así, de está forma tan nuestra, de apurar los días hasta el último
momento y con la sensación de que se nos quedan muchas cosas en
el tintero, pero con la satisfacción de haber visto y vivido mucho mas
de lo que cuando surgió el proyecto del viaje hubiesemos imaginado.,
tenemos que decir adiós y volvernos a casa.