Venga, ahora que parece que me dejan un ratito cuento lo de la minibiográfia, que en realidad es una historieta de las mías, pero que viene al caso.
Ni a mi ni mis amigos de entonces, nos atraían (ni atraen) los toros, ni para bien, ni para mal, pero cuando montaban plazas en los pueblos de al lado, pues aún hacíamos el tonto un poco (un muy poco) y salíamos a la plaza, cuando empecé con mi contraria y fuimos a su pueblo, no me animaba a salir para nada, y un día me dijo (de cachondeo, porque es muy miedosa) "¡vamos torero!, ¡que no se diga!" esto lo dijo por que una vez salió la conversación y le dijeron que antes si salía a la plaza, el caso es que pensé "¿y porque ahora no me atrevo como antes?" y llegué a la conclusión de que (además de otras cosas) era porque allí no tenía amigos, amigos que se hubieran lanzado en mi ayuda en caso de cualquier problema, ¿fue esa la primera vez que me dí cuenta de lo que estaba dejando por mi contraria? tal vez si, porque fue al principio, y aquí estoy.
Lo de irse por las ramas en realidad es que no me apetece hablar de toros.