Nunca se deja de aprender cuando conduces y los sustos ayudan a corregir errores, por ello si publicáis vuestros incidentes aprendemos todos ,gracias a todos los que compartir vuestras experiencias.
Pues, contaré mi experiencia de accidente, que en un mínimo del ochenta por ciento, hubiera sido posible evitar.
Concurrieron muchas circunstancias que muy pocas veces se dan.
Conducía un conjunto, uno de esos llamados tren de carretera, camion de tres ejes y remolque de dos, circulaba en convoy, y empezó a chispear, en una zona donde la lluvia la ven en televisión y poco más, el del desierto de Almería bajando a la capital. La carretera, entonces Nacional con carril reversible, el camión que llevaba delante, no podía con las copias de un ciego, y subiendo los de delante se le fueron, yo tuve que retener mi conjunto, pues aunque llevaba mucho mas peso, también llevaba muchos caballos. Por fin se acaba la cuesta, el camión de delante mío, se lanza a por los que le precedían, y yo a por el aunque se me fue un poco, pues a mi, me costó más lanzar la mole que llevaba. A todo esto, al jefe de convoy, se le ocurre detenerlo, para que se reagrupará, cuando veo encenderse las luces de freno al que me precedía, acciono yo los míos, pese al hueco que nos separaba pues era consciente que necesitaría muchos más metros para detenerme, , entonces veo que todos los de delante están ya parados, por lo que acciono los frenos con más fuerza y aquí donde concurren el resto de circunstancias, carretera recién mojada, grasa y suciedad disolviéndose, las ruedas de los dos ejes traseros con dibujo deficiente, por lo que no les costó mucho bloquearse y patinar sobre el asfalto mojado, los frenos de aire del remolque no actuaron correctamente, por lo que este empujo al camión, quebrando el conjunto y provocando una tijera, llegando a ponerse la zaga del remolque a la altura de la cabina del camión por mi lado izquierdo, travesando este en la carretera, pues las ruedas de dirección si se agarraban, ante esto, gire el volante a la contra, reduje una velocidad y solté los frenos y el enbrague, esperando que el camión traccionara, y lo hizo, pero de una manera tan brusca, que el remolque giró como un péndulo, haciendo otra tijera de similar proporciones por el lado contrario, y vuelta a empezar haciendo las mismas maniobras esta vez a la contra, otro latigazo, este de menos proporciones, por lo que la tercera tijera, fue más suave y pequeña, que ya no me costó anular justo detuve el conjunto, unos metros detrás del camión que me precedía.
Aquí, tengo que decir que me sirvio de mucho la anticipación que tuve, para no arroyar cuanto se movía por delante de mi, gracias a la experiencia de haber llevado tractores y remolques agrícolas, y porque no decirlo, desde entonces creo más en eso del ángel de la guarda que dicen que nos aconpaña, más escuchando los relatos de quien lo presenció y vivió en directo.
No tengo que decir que todo esto paso en escasos segundos, segundos en los que pasó toda mi vida por delante. Salí ileso, pero cuando me baje del camión, las piernas no me sostenían, y tuve que estar agarrado a la puerta un buen rato, para poder mantener la verticalidad.
Moraleja.
Como dice Usuario eliminado 7025, es esencial el perfecto funcionamiento de los frenos de inercia, para poder evitar muchos sustos. Si a mi me hubieran funcionado bien los frenos del remolque, estos hubieran mantenido recto el conjunto, pues hubieran frenado más que las ruedas casi lisas del camión.