Por el camping había ardillas
y era sorprendente las vistas de
las montañas.
Como teníamos toda la tarde
por delante decidimos ir
primero a Oberammergau en
Alemania a unos 42 Km.
Pueblo típico del Tirol con las
casas decoradas con pinturas,
cada una de un tema diferente,
de flores, de cuentos, de
juguetes y la mayoría con
motivos religiosos. Escaparates
que
merecen
contemplar.
Trabajan la madera y hacen
verdaderas obras de arte con ellas, juguetes, figuras religiosas……
De allí al castillo de Linderhof, uno de los del rey loco. Ya estaba cerrado pero pudimos
pasear por sus hermosos jardines. (Es típico a estas horas de la tarde solo encontrar
españoles).
