Merece la pena alargarse hasta allí para verlos. El viaje en barco con entrada familiar
costo 35 euros.
Después de estar allí
prácticamente todo el día
fuimos a Hallen para
intentar ver las minas de
sal, pero resultaron ser un
parque temático dentro
de la mina. Decidimos
pasar de visitarla, y nos
fuimos a dar una vuelta
por Salzburgo, todas sus
casas con un formato
parecido y pintadas en
tono pastel y un castillo
impresionante arriba que
domina la ciudad.
La gente venía de los
conciertos de música
clásica (es sorprendente
por nuestro horario entrar
a un concierto todos vestidos de gala a las 15.30 de la tarde).