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Viernes 25/08/17:

7:30 12º fuera y 20,5º dentro. Hoy vamos a Innsbruck, como está cerca y no hay

prisa por salir, aprovechamos para poner una lavadora y viendo que las previsiones del tiempo son

buenas la tendemos (siempre intentamos evitar las secadoras porqué cada verano sale alguna

camiseta con algunas tallas menos). Salimos a las 10:15 con 17º. Encontramos un parking

subterráneo en el centro que seguro que barato no será, pero no he hechos los “deberes” y por

tanto no sé si existe un P&R en esta ciudad. Bueno, tampoco pensamos estar todo el día. En pocos

minutos estamos enfrente del Tejadillo de Oro. Delante mismo hay un numeroso grupo de gente

que van vestidos como si fueran de bodorrio y no hay manera que se marchen. Al lado se encuentra

la torre Stardtturm, compramos la entrada familiar (9€) y subimos los 160 y pico escalones. Desde

arriba se tienen unas vistas fantásticas de la ciudad y las montañas de los alrededores, a lo lejos

incluso se ve el trampolín de saltos de esquí. Continuamos paseando por las calles más céntricas

y llegamos hasta el parque Hofgarten. Es muy bonito, está bien cuidado y en verano hacen

conciertos de música clásica. También sirve como solárium… por lo menos hoy. Vemos a un

hombre en bañador tumbado en su toalla en medio del césped, como el que está en la playa. Pero

está permitido tumbarse sobre el césped, hay unos letreros que así lo indican. Para comer

escogemos un restaurante griego, tiene mesas en la calle y le da la sombra. Se está fresquito, no

pasan coches y la comida está deliciosa.

Innsbruck

Después nos vamos hacia el valle de Stubaital, no está lejos de Innsbruck, pero parece que estés

en alta montaña, bueno, de hecho, buena parte Austria lo está. La carretera discurre por un valle

con verdes praderas, casitas, cascadas y un río. Al final del valle se ven altísimas montañas con

glaciares en sus cimas. Es espectacular. De vuelta paramos en Mutters. Es un pueblo pueblo. Nada

turístico, o por lo menos no está lleno de tiendas de recuerdos y restaurantes (yo no he visto

ninguna por lo menos). Casitas blancas con sus ventanas y balcones atestados de flores. Algunas

son pequeños hoteles y otras simplemente tienen establo en su parte baja ¡con vacas dentro! El

pueblo huele a hierba y caca de vaca, pero sin ofender nuestras narices. Creo que merece la pena

una breve parada.