

Sábado 26/08/17:
Alrededor de las 5:00 de la mañana me medio despierto, y me da la sensación
de que llueve, una vez despierta del todo me doy cuenta de que sí está lloviendo y recuerdo que
tenemos ropa tendida. Cuando voy a levantarme, veo que Xavi ya ha salido y la está recogiendo.
Me he desvelado y me cuesta mucho volver a dormir. Me despierto alrededor de las 8:00 y los
moteros están levantados, pero el volumen de sus voces es aceptable, incluso se marchan sin
armar demasiado ruido. Desayunamos fuera y ya se intuye que hoy hará calor. Salimos a las 9:50
hacia Kramsach, la primera visita es el museo rural de Bauerhöfe. Compramos la entrada familiar
por 16€ y empezamos el recorrido. Son casas antiguas traídas de diferentes partes del Tirol y
montadas exactamente como eran en su lugar de origen. Es parecido a algunos que hemos visto
en la Selva Negra o Suiza, pero cada uno tiene sus peculiaridades. Es interesante ya que se puede
ver como se vivía en aquella época y podemos imaginar lo dura que era la vida en las montañas,
sobre todo, en invierno cuando estaban rodeados de nieve. Hace bastante calor y humedad y se
agradece poder entrar en las casas porqué el interior está fresco. Terminamos la visita y volviendo
al parking encontramos un banco en la sombra dónde nos zampamos los bocadillos.
Museo rural Bauerhöfe
La siguiente visita es Rattenberg, famoso por su industria del vidrio. Hace años estuvimos, pero
solo tengo un ligero recuerdo. Cuando llegamos la mayoría de gente ocupa sus restaurantes y otros
pocos paseamos y entramos en sus tiendas donde venden objetos de cristal muy bonitos. Nos
sentamos en un restaurante/cafetería/heladería y pedimos dos cafés y una porción de tarta de
ciruelas. Está muy rica (¡siií, lo sé, lo sé, la dieta…!)
Rattenberg