

progenitor no la dejaba casarse con su amado, este atravesaba el Bósforo a nado, todas las
noches para estar con su amada, una noche hubo tormenta, las olas subieron y el pobre
Leandro pereció, hoy la torre es un restaurante, donde te llevan los barquitos pues está a 20
metros de la orilla.
También se dice que fue llamada en la antigüedad Crysopolis, lugar del oro, llegamos al café
de las alfombras que es un lugar frente al mar, frente a la Torre de Leandro, donde muchos
estabúlenles van allí a contemplar la puesta de sol, tumbados. En los peldaños que cubren las
alfombras, pidiendo un té o una coca cola, nos encontramos con parejas de enamorados,
personas mayores y familias con niños, ni un solo extranjero, la verdad es que la puesta de sol
es una preciosidad, y hoy que hace viento cuando el sol ha empezado a arder, el viento ha
traído lamentos, que parecen que son los lamentos de la despedida de Estambul
¿volveremos? La belleza de este lugar para
mi tiene el paragón de ver esa puesta del sol
en la colina de Eyup
Llegamos a la zona donde se encuentra la Ac
y Enrique va a pagar los días que hemos
estado para mañana salir prontito
Kilómetros 0
Dia 10
Hacia Bulgaria atravesamos Estambul por la carretera que va al Havalimani de la parte
Europea. Llegamos a la frontera y pasamos de manera rápida, con un nudo en el alma por
dejar atrás este país que nos fascina y enamora, paramos en Grecia en Komotini , que sería un
lugar estupendísimo para entrar a Bulgaria e ir a uno de los objetivos de este viaje Tatul y
Perperikon, pero como Enrique quiere volver a Rila continuamos hacia la Macedonia Griega,
el tiempo se ha estropeado y la lluvia es constante y peligrosa, llegamos a una zona de
aparcamiento anunciada para camiones y autobuses y nos quedamos al amparo de la
edificación de la cafetería bajo una farola, nos refugiamos en el bar para comer algo y la
tormenta arrecia, rayos y mas rayos, terrible, la cafetería se queda sin luz y muchísimos
autobuses se han refugiado allí, yo estoy aterrorizada, hablamos con unos soldados griegos
que también se han refugiado y dicen que no han visto nunca nada igual, cuando amaina,