

Regresamos al camping a comer, y por la tarde nos vamos al
castillo de Predjama
,según nuestra opinión también una visita ineludible de todo aquel que viaja a
Eslovenia. Aún con más motivo si visitamos las cuevas de Postojna. El castillo se
encuentra a unos 9 km de las cuevas y algo más cerca del camping, que se ubica entre
ambos.
Cuando llegamos al castillo nos cuesta un poco encontrar aparcamiento. Los
parkings más cercanos son muy pequeños y están llenos. Tenemos suerte y
aparcamos en el lugar de un coche que deja la plaza libre. Nada más bajarnos nos
encontramos frente a frente con la típica imagen del castillo. Las cámaras de fotos (o
del móvil en su defecto) echan humo…
Castillo de Predjama.
En el castillo también disponen de audioguía en español, imprescindible para
recorrer su interior y entender que vemos en cada momento. Al igual que en las
cuevas, en el castillo había turistas, pero nada agobiante. Se puede ver todo bien y
con bastante tranquilidad. Conocimos la historia del señor del castillo, Erasmo de
Predjama, también llamado el
Robin Hood esloveno
, y su poco glamurosa muerte.
Por la tarde damos una vuelta en bici por el interior del camping y alrededores, ya
que estamos en medio del bosque. El camping Pivka Jama da la impresión de que
como descuiden un poco el mantenimiento, puede acabar engullido por la frondosa,
verde, húmeda y salvaje vegetación. Las instalaciones son algo viejas, aunque muy
limpias. Debido a la baja ocupación (supongo que por el coronavirus) la sensación es